Alfarería en Idlib: Un Patrimonio que Desafía el tiempo y la extinción

Entre los productos más tradicionales se encuentran el cuenco para semillas, las jarras de agua, los cántaros y las cascadas decorativas. Estos objetos no solo cumplen una función práctica sino que también poseen propiedades naturales que ayudan a conservar la frescura del agua y mejorar la fermentación de productos lácteos como el yogur.

La Alfarería de Armanaz destaca por la combinación de técnicas artesanales y creatividad artística que caracterizan cada proceso, desde la preparación de la tierra hasta la decoración final.

Estudios arqueológicos confirman que la Alfarería en esta región tiene raíces profundas, con hallazgos que datan del Neolítico, aproximadamente 6500 a.C., evidenciando la importancia histórica de este arte milenario.

Idlib, 7 ago (SANA)   La localidad de Armanaz, en la provincia septentrional siria de Idlib, es reconocida como uno de los centros pioneros en la producción de Alfarería, gracias a la calidad particular del suelo que facilita la elaboración de vasijas tradicionales. Este oficio, que data de siglos atrás, se mantiene vivo en antiguos talleres familiares que han sido transmitidos de generación en generación.

La Alfarería de Armanaz se fabrica con una tierra especial llamada “Al-Ghadariyya”. Esta materia prima es tamizada y purificada para eliminar impurezas antes de ser mezclada con agua y amasada hasta lograr una masa homogénea y moldeable. Históricamente, la ciudad contaba con más de cincuenta talleres activos, un número que hoy se ha reducido dramáticamente debido a las circunstancias actuales.

«Antes de la Revolución, exportábamos nuestras piezas a países vecinos como Türkiye, Irak y Líbano, además de al Golfo y Europa, generando empleo para cientos de familias. Hoy, las rutas comerciales están cortadas y la producción se limita al mercado local, representando menos del 10% de lo que se fabricaba anteriormente». dijo uno de los alfareros.

Variedad y beneficios de los productos

Entre los productos más tradicionales se encuentran el cuenco para semillas, las jarras de agua, los cántaros y las cascadas decorativas. Estos objetos no solo cumplen una función práctica sino que también poseen propiedades naturales que ayudan a conservar la frescura del agua y mejorar la fermentación de productos lácteos como el yogur.

La Alfarería de Armanaz destaca por la combinación de técnicas artesanales y creatividad artística que caracterizan cada proceso, desde la preparación de la tierra hasta la decoración final.

Proceso de fabricación

La producción comienza con la purificación y secado del barro al sol, seguido de su trituración y amasado para obtener arcilla maleable. Luego, se da forma a las piezas mediante el torno, se decoran y secan nuevamente al sol antes de ser cocidas en hornos especiales que terminan de consolidar el producto eliminando cualquier residuo orgánico.

Desafíos contemporáneos

La guerra y sus repercusiones han provocado un declive drástico en esta tradición. La falta de acceso a rutas de exportación, la escasez de materias primas y combustible, así como la situación económica adversa, han cerrado numerosos talleres. Actualmente, solo quedan entre cuatro y cinco talleres operativos, frente a los veinticinco que existían previamente.

Sin embargo, los artesanos persisten en mantener viva esta herencia cultural, valorando el oficio no solo por su importancia económica, sino también por su aporte al patrimonio y la identidad local.

Una tradición milenaria

Esta artesanía no solo es notable por su funcionalidad sino también por su valor histórico y artístico. Las decoraciones geométricas y los grabados representan un legado que se remonta a la antigüedad, con influencias romanas y de períodos islámicos omeya y abasí. Algunas piezas se clasifican según el tipo de grabado, como las conocidas “Al-Masrawi”.

Históricamente, era común encontrar una olla de barro en cada hogar, indispensable para conservar alimentos y preparar platos típicos. Aunque la llegada de la electricidad y el agua corriente han disminuido su uso cotidiano, estas piezas continúan evocando un pasado lleno de tradición y calidez.

Presencia actual y recomendación sanitaria

Las exhibiciones de la Alfarería tradicional se encuentran en las principales calles y plazas del norte de Siria, donde residentes y visitantes pueden adquirir estos productos únicos que combinan arte y belleza única .

Además, expertos en salud recomiendan el uso de ollas de barro para la cocina debido a sus cualidades naturales: conservan el sabor auténtico de los alimentos, mantienen el calor por más tiempo y son ideales para mantener el agua fresca durante las temporadas de calor y cortes de electricidad.

Estudios arqueológicos confirman que la Alfarería en esta región tiene raíces profundas, con hallazgos que datan del Neolítico, aproximadamente 6500 a.C., evidenciando la importancia histórica de este arte milenario.

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