Damasco, 10 ago (SANA) En el corazón histórico de Damasco, unos escalones de basalto negro conducen a un amplio patio donde una fuente central refresca el ambiente y obras artísticos adornan las paredes con elegancia. Este recorrido transporta al visitante a través de los siglos hasta la Escuela Al-Jaqmaqiya, hoy convertida en museo de caligrafía árabe. Sus muros, cubiertos con inscripciones en diversos estilos, son un testimonio vivo de la riqueza de la civilización siria y la esencia de su historia.
Madrasa Al-Jaqmaqiya: Un monumento histórico que abraza el arte de la caligrafía árabe
Fundada en 1421 d. C. por Saif al-Din Jaqmaq como obra benéfica hecha en memoria de su madre, la madrasa Al-Jaqmaqiya es una de las instituciones más representativas de las épocas mameluca y ayubí.
Según la investigadora Ilham Aziz Mahfouz, directora del Museo de Caligrafía Árabe de Damasco, este monumento se destaca por la riqueza de sus materiales de piedra tallada, madera trabajada y vitrales que filtran la luz del sol, y por haber formado a miles de eruditos, entre ellos el célebre Ibn al-Nafis al-Dimashqi.
El príncipe Jaqmaq y su emblema: Un símbolo de confianza
Mahfouz señala que el príncipe Saif al-Din Jaqmaq, vicesultán durante la era mameluca, fue enterrado junto a su madre en la madrasa. Su emblema consistía en un círculo dividido en tres secciones que representaban tinteros y cañas de escritura, reflejando su labor como escriba y secretario, así como la relevancia de la palabra escrita en su tiempo.
Un museo y una dotación únicos para la promoción del conocimiento
Además de la enseñanza del Sagrado Corán, la escuela Al-Jaqmaqiya es la única en Siria especializada en caligrafía árabe. Para su sostenimiento, contaba con fondos procedentes de bienes como el molino del mercado de Wadi Barada y el mercado de lana, que financiaban libros, manuscritos y vestimenta para los estudiantes.
La educación era gratuita y abierta a todos. Entre sus alumnos se cuentan el jeque Muhammad Issa al-Dajlani y figuras políticas como el presidente Shukri al-Quwatli, según destaca Mahfouz.
Tesoros de la Historia de la Caligrafía Árabe y la Distintiva Creatividad Siria
El museo alberga piezas únicas: una tabla que ilustra la evolución de las letras árabes, una inscripción de Imru’ al-Qais en escritura aramea siríaca sobre piedra de namara, bloques de basalto con versos poéticos e inscripciones cúficas sin punta procedentes del Monte Asís en Palmira.
También exhibe ejemplos de la creatividad siria en cerámica, vidrio, monedas y cuero. En su interior, nueve versos de la Sura al-Mulk están caligrafiados en escritura thuluth, reconocida por su equilibrio y complejidad.
Tipos de caligrafía árabe e iniciativas para darlos a conocer
La caligrafía árabe incluye estilos como thuluth, cúfica, naskh, ruq’ah, diwani y farsi. El museo conserva más de un centenar de variantes. Según Mahfouz, algunas denominaciones provienen del lugar de origen —como la cúfica, de Kufa— o del grado de inclinación de los trazos —como la thuluth—.
La institución organiza cursos y actividades para acercar este arte a visitantes y turistas, así como eventos para revitalizarlo, como la iniciativa del calígrafo Jamal al-Zahir para rescatar la thuluth, emprendida tras la liberación.
La turista francesa Pauline Jobon: Una experiencia inolvidable en el corazón del histórico Damasco
El encanto de la madrasa Al-Jaqmaqiya trasciende sus muros y tesoros. Atrae tanto a visitantes locales como extranjeros, a estudiosos y amantes del arte, que encuentran en ella un puente hacia la antigua civilización damascena.
La turista francesa Pauline Jobon expresó su entusiasmo por conocer Siria: «Es mi primera visita al país, especialmente a Damasco. He recorrido varios sitios históricos y me siento muy feliz de haberlo hecho después de una larga espera, sobre todo tras la liberación». Sobre la Al-Jaqmaqiya, afirmó: «La elegí por su impresionante arquitectura y su diseño panorámico. Aquí aprendí sobre los diversos tipos de caligrafía árabe y antiguos escritos históricos».
Una larga historia de caligrafía árabe en Siria y un legado renovado
Mahfouz subraya que la escuela siria de caligrafía árabe no comenzó con Badawi al-Dirani ni concluye con Hilmi al-Habbab; su legado incluye a numerosos maestros como Othman Hussein Taha, autor del Sagrado Corán.
Barrio de Al-Kallaseh: Testigo de un interés histórico por la ciencia y el conocimiento
Con una superficie de 280 metros cuadrados, la escuela Al-Jaqmaqiya forma parte del barrio de Al-Kallaseh —el histórico distrito universitario— en el casco antiguo de Damasco. Allí se alzan otras instituciones como Al-Adliyya, Al-Zahiriya, Al-Aziziya, Al-Ikhnaiya y Al-Shemistaiyya, todas ellas prueba del profundo interés histórico de Siria por la ciencia y el conocimiento, y de su papel como cuna de eruditos e innovadores en múltiples disciplinas.