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Damasco, 17 ago (SANA) No es solo un plato tradicional de invierno; es un antiguo ritual anual transmitido de generación en generación en Siria. Se trata del kishk, una comida popular común en la mayoría de las provincias.
Su preparación se convierte en una cálida ocasión social, ya que las mujeres del barrio se reúnen en los patios de las casas para colaborar entre sí, en un ambiente lleno de amor y afecto.
Del calor de julio a los ambientes cálidos del invierno… El viaje del kishk sirio
Hiam Khaddour, una señora de 53 años, de la zona rural de Masyaf, describió la experiencia de preparar el kishk a un corresponsal nuestro.
Explicó que comienza a mediados de julio, cuando el calor de verano se pone intenso. El proceso empieza agriando el yogur con sal y dejándolo reposar durante varios días. El siguiente paso es mezclar la masa agria con bulgur y añadir ramas de pistacho, que le dan un sabor distintivo.
«Después de unos días, la mezcla se muele hasta formar una masa, y aquí comienza la verdadera participación comunitaria. Las mujeres de la familia y los vecinos se reúnen para cortar la masa en trozos longitudinales del tamaño de un puño. Luego se extiende al sol para que se seque. Después se almacena seca o molida hasta obtener un polvo fino”, detalló.
Fácil de preparar y reconfortante en los fríos días de invierno
A su vez, Yamila Dawoud, una dama de 65 años, de la zona rural de Damasco, destaca la facilidad de preparar el kishk, un plato invernal indispensable que proporciona calor en los días fríos. Explica cómo prepararlo: el polvo de kishk se disuelve en agua fría para evitar que se aglomere. Luego se lleva a ebullición y se le añade cebolla y manteca o aceite de oliva. Se deja espesar.
El kishk se sirve como una deliciosa sopa por la mañana con pan tostado, o como un almuerzo completo friendo carne y rodajas de patata con cebolla y manteca, a las que se añade polvo de kishk y agua. Luego se deja cocinar hasta que se convierte en una comida completa, según Yamila.
Valor nutricional y un acompañamiento perfecto para los días fríos de invierno
El kishk es una rica fuente de proteínas y calcio, gracias a sus ingredientes principales: yogur y bulgur. Secado al sol, se puede conservar durante meses, lo que lo convierte en un plato ideal para sobrellevar los largos y fríos días de invierno y en un cálido acompañante para reunir a la familia en la mesa.
